05 abril 2010

Tal vez..


No supimos hacerlo bien. No supimos encajar verbos y cuerpos a la vez. No (nos) dijimos te quiero al unísono. No encuadramos la pintura de nuestras vidas. No nos miramos simultáneamente y no supimos desequilibrar la balanza que pesaba los kilos de felicidad y los kilos de dolor. Y a decir verdad, daría muchísimo por despojarme de todo el daño recibido y también del todo daño causado. Porque cualquier dolor es capaz de atormentarnos.

Y hoy, y ahora, me sigo convenciendo que estoy haciendo las cosas bien. Aunque nadie pueda verlo desde esta perspectiva, pero, bueno, no puedo exigirlo si para ser realmente empático hay que pasar por lo mismo, y hay que anteponer a veces la felicidad de los demás a la propia. Pero por primera vez estoy pensando en facilitarme un camino donde pueda encontrarla de vez en cuando. Y contigo en él, la felicidad no está asegurada. Tú y yo no hemos sido capaces de garantizarnos nada, y no puedo tirar de reproches porque ni siquiera ellos me servirían.
Y mañana, o en un futuro lejano, seremos los más completos desconocidos, con fotos antiguas en álbumes modernos, y con sonrisas pasadas intactas. Para entonces, habremos desaparecido de nuestras vidas en la misma medida, y por fin equilibraremos lo que en su día no supimos. Habremos igualado los marcadores, y habremos dejado de hacernos daño, involuntariamente.
Abriremos los ojos y oiremos nuestros respectivos nombres en bocas ajenas, y tal vez, tú no te acuerdes de quien era yo, y tal vez, yo no me acuerde de quien fuiste tú

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